Blog sobre libros cuya temática son
las drogas y la subcultura que se crea a partir de ellas.

miércoles, 22 de abril de 2009

CAPÍTULO VII: JOE SACCO Y EL NUEVO CÓMIC PERIODÍSTICO

UNA NUEVA FORMA DE ENTENDER LA INFORMACIÓN PERIODÍSTICA

Aprovechando que este fin de semana se celebra el día del libro (es decir, la efemérides de la muerte de Cervantes y Shakespeare), nos centraremos en explicar un aspecto de la literatura muy repudiado a lo largo de la historia, y últimamente sacralizado. Estamos hablando del 9º Arte, el cómic. Hoy en día, muchos críticos han usado otros términos que suenan mucho más técnicos, como novela gráfica, para afianzar la audiencia, y que no sientan ridículos en el momento en que estén leyendo un cómic.
Existen cómics para adultos, pero siempre tenemos en mente esa concepción infantil de los tebeos. El mundo tebeístico no solo está repleto de superhéroes hormonados y musculosos, que luchan contra el mal, que tienen vidas perfectas y que poseen poderes sobrehumanos. Podemos encontrar otros muchos comics en los que la temática es mucho más real y humana, que han bebido directamente de los problemas existenciales del autor y de los acontecimientos sociales en que se forjaron.

Desde que Will Einser publicó Contrato con Dios, los cómics dejaron de verse como esas publicaciones semanales de los periódicos para el público infantil. Con esta publicación, se dejaban atrás la inocencia del cómic de El Prícipe Valiente, Flash Gordon o Rip Kirby. Se revolucionó la manera de expresar del cómic, usando la splash-page o las viñetas que mutaban con los personajes del interior. Se cambió la concepción del lenguaje del cómic. De este modo, otros autores años más tarde, traspasados por una época convulsa, del quiero y no puedo adolescente, agudizado por el paraíso libertario lleno de prohibiciones de los EE.UU., tomaron estos cómics y los transformaron en alegatos de la cultura apátrida, de la cultura fuera de los libros clásicos, de la cultura que bebía del rock, el jazz, el blues y las drogas, únicos elementos que los llenaban como personas. Estamos hablando del nacimiento de la cultura. Estamos hablando del padre del underground: Robert Crumb.


Robert Crumo creó una personaje para tiras cómicas semanales llamado MR. Natural, una especie de viejo verde amoral, drogadicto y hippie, que se convierte en el gurú de toda una generación. Entre sus tropelías, discute de religiones con el mismísimo Buda o Jesucristo, le meten en chirona por exhibixionismo público, en un manicomnio por una sobredosis de cannabis y mientras consigue descubrir el sentido de la vida. Son cómics de humor absurdo, llenos de psicodelia y cultura punk, que nos deja la moraleja última de adoptar la doctrina del pasotismo como modelo de vida y filosofía. A parte de Mr. Natural, Crump creó otros personajes como el gato Fritz, toda una crítica a la cultura de los cartoons que educaban a los niños norteamericanos, y por extensión, a los de todo el mundo. En sus cómics, el gato Fritz revertía todo el sistema de valores norteamericanos.



Herederos de Crumb tenemos a otra generación encarnada por Harvey Pekar, Marjane Satrapi o Joe Sacco o Art Spiegelman (este último, premio Pulitzer por su obra Maus), más comprometidos con la actualidad y más relacionados con el mundo en el que viven. A través de la historieta, estos autores critican y ponen de manifiesto una realidad, de forma que lo pudiese hacer un ensayista o un analista social. Lo único es que han escogido otro lenguaje para hacerlo tan digno como el literario.



El más destacado es Joe Sacco, que ha aglutinado el lenguaje y la profesión periodísticas con las formas y técnicas del noveno arte. Su obra más aclamada es Palestina, una crónica al más puro estilo de reportaje sobre la Guerra Árabe-Israelí, pero sus inicios se asemejan más a los de Crumb. En su obra El rock y yo, hace una crítica mordaz sobre el mundo del rock y las drogas, con el humor característico de Mr. Natural. Esta generación de artistas ha venido a renovar no solo el mundo del cómic, sino el mundo de la cultura en general, abriéndonos los ojos a nuevas maneras de entender la realidad.


martes, 14 de abril de 2009

CAPÍTULO VI: EL CÓMIC Y EL ARTE UNDERGROUND

EL OTRO ARTE Y LA OTRA GENERACIÓN DEL 27



No me gustaría aprovecharme para, tal día como hoy, recordar la efemérides de la II República. Venimos hablando en este blog desde hace meses de la literatura y la cultura que se han creado a través de los defectos, errores y adicciones; cómo en ciertas sociedades como la nuestra, muchos intelectuales (como Valle Inclán, Baroja o Machado) han elaborado su producción literaria en base al desconcierto y la repugnancia que sienten hacia su patria o sus élites políticas. En este sentido, sustancias que promueven la evasión, como el alcohol, o la sugestión emocional, como la cocaína o el opio, son muy frecuentes entre los literatos para rebelarse contra la sociedad. Precisamente cuando, bien sea a través de la rabia o a través de las drogas, desatan el poder de su subconsciente, es cuando su obra artística se desata y se magnifica. No olvidemos que muchos teóricos como Greenberg o Benjamin nos vienen a decir que toda obra de arte es efectiva cuando es capaz de expresar fehacientemente emociones y sentimientos.

Lo cierto es que los críticos de literatura usan las Generaciones para nombrar a aquellos grupos que, siguiendo una temática de rebeldía y de pérdida y consiguiente reivindicación, construyen su estilismo. Una de las más importantes, siguiendo la época de la II República, fue la Generación del 27. Estos escritores fueron los últimos vestigios de una edad que se murió con la caída de la República, con el estallido de la guerra y con la instauración de una dictadura.


Con Franco, se fotocopiaron varias generaciones de jóvenes a los que se les recluyó en la más mísera abstinencia vital, en la más cruel religiosidad, en la familiaridad empedernida. Se les hizo olvidar toda la cultura que se pueda conocer como underground en el siglo XIX, como los folletines de amores y aventuras, de enmascarados y de damiselas en apuros. Los herederos de las novelas de caballerías y los padres de los cómics. Las novelas como las de Emilio Carrere, el gran cronista de la bohemia y el alcoholismo catalán, fueron destrozados impunemente.
No es de extrañar que estas generaciones, años más tarde, cuando llegaron los 70, las faldas y las suecas con el rock & roll y la marihuana, se sintieran un tanto desarrapados, perdidos, en una espiral de lascivia a la que no estaban acostumbrados.



Autores como Emilio González-Grano de Oro defienden que la transición cultural hacia la democracia se realizó desde una apertura humorística-periodística, gracias a las pequeñas tiras semanales. Publicaciones como La Codorniz ayudaron a esa generación a la que se le había enseñado a rezar y a odiar a la mujer, a enfrentarse con otra nueva cultura y totalmente desconocida. Con libros como La Otra Generación del 27, González-Grano de Oro expone que fueron las responsables de que el españolito que nacía junto a la UCD y a los Pactos de la Moncloa, viese que había luz más allá de las tinieblas del nacionalcatolicismo.

Precisamente otro autor, Pablo Dopico, exploran la evolución consiguiente del cómic y de la cultura underground de los años 80, con su libro El cómic underground español. Con autores como Ceesepe, Gallardo, Mariscal, Max o Nazario, se iba introduciendo a los jóvenes que escapaban ya de las fauces de la España cañí, pero no de su sombra, en el mundo de La Movida y la música disco, lleno de chaquetas con hombreras, abanicos gigantes, pelos y greñas anarquistas y las drogas de diseño.




Por tanto, estos autores tan revolucionarios allanaron el terreno para que la subcultura del rock, el punk, la cultura disco, la beat y los cómics llegasen a nuestro país y se incorporasen de manera actualizada. De esta manera, autores como Robert Crump, Harvey Pekar o Joe Sacco (autores de los que hablaremos en nuestra siguiente entrada) llegasen a nuestra cultura tebeística sin que contrastasen.


domingo, 5 de abril de 2009

PRÁCTICA 6: JADE GOODY Y SU FUNERAL MEDIÁTICO

LIBERTINAJE Y SENTIDO MATERNALISTA

De acuerdo al segundo principio recogido en el Código Deontológico de la FAPE (Federación de Asociaciones de Periodistas), el primer compromiso ético del periodista es el respeto a la verdad. Si no observamos más detalles ni matices con respecto a la profesión informativa, los profesionales del medio podrán presentar y tratar los contenidos como buenamente les parezcan. Pero parece que el periodismo tiene o debe tener un sentido ético, esto es, tener una cierta sensibilidad para con el espectador, concienciarse de la carga formativa (que no informativa) y educativa que poseen los medios, para así evitar adoctrinamientos.

El medio, además, tiene que desentenderse de su condición de empresa a la hora de proteger el derecho de los ciudadanos a estar informados, de tal manera que se respete la intimidad y la imagen. Hoy en día, y con casos como los de Jade Goody, lo que se está produciendo es una sobrevaloración del derecho a secreto profesional del periodista, es decir, derecho a ser amparado tanto en el marco de su propia empresa como por las organizaciones asociativas o institucionales. El periodismo toma su cariz de 4º Estado, convirtiéndose en un lobbie más.



Este hecho permite que en la sociedad en la que vivimos se sucedan los siguientes fenómenos/desigualdades:

  • Que ciertos personajes se conviertan en líderes mediáticos y en auténticos ídolos de masas y ejemplos de comportamiento a imitar. Se les da tanta importancia que ya salen en enciclopedias y en libros didácticos, cuando en realidad merecen el más mísero y fatal olvido.
  • Que los medios informativos se vean a sí mismos como empresas cuyo objetivo primordial sea sacar el máximo beneficio posible, sin importar los contenidos con los que se esté nutriendo al público.
  • Que los profesionales que nacen o que se incorporan al medio tengan que adaptarse a estos contenidos, variando los suyos propios, lo cual desencadena un fenómenos de círculo vicioso en el que es imposible cualquier purga o limpieza.
  • Que las audiencias se acomoden a noticias y contenidos con un nivel intelectual muy bajo, y por tanto ya no distingan entre espectáculo y formación.
  • Que se haya creado una generación con graves problemas de representación, debido precisamente a esa sobreproducción de mensajes que sobresatura el imaginario del individuo. Por lo tanto, las mentes se insensibilizan y el proceso de globalización (le evolución última de la civilización), tiene unos efectos negativos.

Como conclusión, diremos que no toda la culpa la tienen los medios o Jade Goody, pues tanto unos como otra han mediatizado un hecho (la muerte) que hasta ahora era totalmente íntimo y sagrado. Realmente lo hicieron siguiendo un instinto totalmente humano y animal: el insitnto materno. Jade lo hizo para que sus hijos tuviesen qué comer el día de mañana. Los medios, para seguir adquiriendo beneficios y evolucionar como organismo no vivo. Nunca supieron (o si fueron conscientes, les dio igual) las consecuencias que iban a acarrear sus actos. Ahora, tenemos una audicencia saciada de morbo, pero que el día de mañana pedirá más, y ya no le podremos satisfacer de igual manera, pues convertimos en mediático un hecho insuperable: la muerte real (más hiperreal que nunca) de una persona.

Algunos dirán que Jade Goody hizo que grabasen sus últimos días de enfermedad para ayudar a la comunidad científica y para alentar a otras personas con cáncer. Bonita excusa. Si yo fuera uno de los hijos de Goody, ahora mismo sería un oceáno infinito de emociones contradictorias y, por supuesto, me sentiría un tanto juguete mediático, animal de zoo, freak. Todo por el amor de madre.



martes, 31 de marzo de 2009

PRÁCTICA 5: SIR TIMOTHY "TIM" JOHN BERNERS-LEE vs. TED NELSON

LA HIPERTEXTUALIDAD: ¿ORIGINALIDAD O IDEA REVISADA?

La idea del "docuverse" (o documento universal) es genuino deproyecto Xanadu, creado por Ted Nelson y Vannevar Bush. En dicho proyecto, ya se adelantaban conceptos que se supieron originales del proyecto de URL (Uniform Resources Locator), tales como la hipertextualidad, un sistema de cobro de derechos de autor y una organización basada en el rastreo de obras y documentos. Fue Nelson el fundador del proyecto, en 1960, muchos años antes de que Tim Berners-Lee, crease y utilizase por primera vez los URL. El concepto es el mismo, de hecho, aún hoy en día el proyecto Xanadu se queda muy lejos de la realidad, para seguir siendo un tanto ciencia ficción, ya que el proyecto pretendía no solo que el usuario recuperase el documento, sino cobrarle los derechos de autor en dicha apropiación. Hoy en día, los derechos no se traspasan por la web: están registrados en instituciones como la SGAE en España.

Lo que es indiscutible atribuir a Ted Nelson es la incorporación del copyright como un sistema de autorizaciones que permite a cualquiera reutilizar cualquier trozo (de cualquier tamaño) del material de cualquier otro autor en un nuevo documento. Este sistema se denominó trnascopyright (en castellano, transclusión), es decir, el hecho por el cual supuestamente se transmite un puntero al material deseado y cualquier cliente que adquiera nuestro material adquiere simultáneamente el trozo correspondiente (de cada cita) de la publicación original.

No podemos comparar los URL con la transclusión de Ted Nelson, ya que Tim Beners-Lee nos propone recuperar un documento entero, mientras que el concepto de Xanadu se refiere a una cita o un fragmento único de esa obra. La obra de Ted Nelson, "Literary Machines", donde exponía dicho poryecto, se quedó en su tiempo como una utopía. No es de extrañar, pues la idea de crear un mar de documentos relacionados mediante enlaces hipertextuales, todos disponibles instantáneamente, parecía muy descabellada. Que años más tarde, en 1991, Tim Beners-Lee pariese un sistema llamado La Web, y que dicho sistema se utilice hoy en día globalmente, sin recordar tan siquiera el proyecto Xanadu, nos indica una vez más lo imprevisible que es el ser humano.

sábado, 28 de marzo de 2009

CAPÍTULO V: ALEJANDRO SAWA y Luces de Bohemia

LAS DROGAS EN LA LITERATURA ESPAÑOLA DECIMONÓNICA: EL ALCOHOLISMO Y EL ESPERPENTO


Ayer se celebraba el día internacional del teatro, y por todos los teatros del mundo se leía el manifiesto de Augusto Boal, dramaturgo brasileño. “Actores somos todos nosotros, el ciudadano no es aquel que vive en sociedad: ¡es aquel que la transforma!”, decía en su disertación acerca de su visión personal del teatro. La noche del día anterior, tenía lugar por las calles de Madrid una celebración muy acorde con el mundo del drama: la Noche de Max Estrella. Los bohemios y filibusteros que aún no han muerto a manos de la digitalización y las nuevas tecnologías y por las drogas de diseño, se unieron tomando las calles a golpe de sangría, vino barato y avinagrado y churros azucarados.

El recorrido, como todos los años, pasa por diversas localizaciones del Madrid literario: la casa de Fígaro, la de Lope de Vega, el callejón de los espejos, Casa Ciríaco, etc., hasta acabar en el Círculo de Bellas Artes. Estrictamente, sigue el recorrido que los dos personajes de la obra Luces de Bohemia, Max Estrella y Don Latino de Hispalis, realizan en una noche de borrachera. Es el Madrid que ha quedado como Meca de la Bohemia, gracias a Valle-Inclán.

Todas estas celebraciones cobran este año más sentido que nunca. En el 2009 se cumplen los cien años de la muerte del escritor Alejandro Sawa, el genuino, perfecto e inmortal Max Estrella. El escritor ciego, cómo sino de otra manera, que reflejó, sin ánimo de gloria, toda la sociedad española de la época, muy hermanada con la actual, de la forma más caricaturizada que pudo, gracias a su inseparable amigo, el aguardiente.

Retrató esa España a la que Mariano José de Larra había pegado un tiro, ese país que le quitó una vez un brazo a un escritor y más tarde a un duelista; esa nación de cobardes que se dejan gobernar por que es la única forma que tienen para unirse; esa patria que se excita con las botas castrenses y el aire marcial de los mostachos bien atemperados; en fin, esa nación que expulsa a poetas y a pintores, porque la única forma de regentar es tener por bandera la barbarie, la ignorancia y la potencia de las armas. No caben la sensibilidad, la creatividad ni la posibilidad de la diferencia.

Que no piense el lector que la actualidad ha cambiado mucho con respecto a esto. Sí, hay libertad. Pero hay un pacto tácito y silencioso para marginar al diferente, al extraño que no lee los éxitos del momento, para el que escupe sobre obras que versan sobre conspiraciones religiosas o sobre vidas que no son mucho más importantes que una partida de ajedrez. Son hombres, bohemios, que viven erróneamente en el pasado, precisamente porque todo su entorno les ha obligado a ello. Para todos ellos, Alejandro Sawa, divinizado ya allí donde moran las leyendas, tiene toda la eternidad para protegerlos, para cubrir con su mano temblorosa por el alcohol y el opio su causa sin sentido. A ellos, les ilumina desde la sombra.


MAX: Ayúdame a ponerme en pie.
DON LATINO: ¡Arriba, carcunda!
MAX: ¡No me tengo!
DON LATINO: ¡Qué tuno eres!
MAX: ¡Idiota!
DON LATINO: ¡La verdad es que tienes una fisonomía algo rara!
MAX: ¡Don Latino de Hispalis, grotesco personaje, te inmortalizaré en una novela!
DON LATINO: Una tragedia, Max.
MAX: La tragedia nuestra no es tragedia.
DON LATINO: ¡Pues algo será!
MAX: El Esperpento.
DON LATINO: No tuerzas la boca, Max.
MAX: ¡Me estoy helando!
DON LATINO: Levántate. Vamos a caminar.
MAX: No puedo.
DON LATINO: Deja esa farsa. Vamos a caminar.
MAX: Échame el aliento. ¿Adónde te has ído, Latino?
DON LATINO: Estoy a tu lado.
MAX: Como te has convertido en buey, no podía reconocerte. Échame el aliento, ilustre buey del pesebre belenita. ¡Muge, Latino! Tú eres el cabestro, y si muges vendrá el Buey Apis. Lo torearemos,
DON LATINO: Me estás asustando. Debías dejar esa broma.
MAX: Los ultraístas son unos farsantes. El esperpentismo lo ha inventado Goya. Los héroes clásicos han ido a pasearse en el callejón del Gato.
DON LATINO: ¡Estás completamente curda!
MAX: Los héroes clásicos reflejados en los espejos cóncavos dan el Esperpento. El sentido trágico de la vida española sólo puede darse con una estética sistemáticamente deformada.
DON LATINO: ¡Miau! ¡Te estás contagiando!
MAX: España es una deformación grotesca de la civilización europea.
DON LATINO: ¡Pudiera! Yo me inhibo.
MAX: Las imágenes más bellas en un espejo cóncavo son absurdas.
DON LATINO: Conforme. Pero a mí me divierte mirarme en los espejos de la calle del Gato.
MAX: Y a mí. La deformación deja de serlo cuando está sujeta a una matemática perfecta, Mi estética actual es transformar con matemática de espejo cóncavo las normas clásicas.
DON LATINO: ¿Y dónde está el espejo?
MAX: En el fondo del vaso.
DON LATINO: ¡Eres genial! ¡Me quito el cráneo!
MAX: Latino, deformemos la expresión en el mismo espejo que nos deforma las caras y toda la vida miserable de España.



Azorín viene a decir en su obra La Guerrilla, que se representó en la noche de ayer en el auditorio Padre Soler de Leganés, que la historia de España se puede explicar por las emociones que te puede crear una rebanada de pan. Pan, opio y alcohol nos traen a la memoria a Alejandro Sawa. Y Valle-Inclán supo apreciar el puntal dramático que Sawa ofreció en su vida. Emilio Carrere había usado ya esa facilidad de las novelas pulp para mezclar humor, violencia y literatura tremebunda. Todos sus personajes están vistos desde una perspectiva brumosa por el humo del opio. Y los de Valle-Inclán, en cambio, se ven reflejados en el vaso vacío del alcohol.

Pata acabar, reivindicamos a los artistas de las palabras, pues son los que quedan, como puntos de luz inmortales, en la bruma de la historia, gracias al poder de las palabras:




lunes, 23 de marzo de 2009

PRÁCTICA 4: EMPRESAS Y HABILIDADES DIGITALES

SOBRE EL X CONGRESO DE PERIODISMO DIGITAL EN HUESCA

Desgraciadamente, una de las relaciones más productivas en nuestra actualidad es la de la crisis tan popular y el periodismo. Casi han corrido más río de tinta en periódicos que en asesores de bolsa. El periodismo vende cánones estándares, valga la redundancia de los términos. Podrían verse como incompatibles, pues son sinónimos, pues no habría otra forma de describir el periodismo al que podemos acceder en la actualidad. Es el periodismo estándar, de los estereotipos, burgués y de las clases sociales. Es un periodismo que rechaza por completo la literatura. Es tan técnico, que se despersonaliza de una manera que solo nos puede arrancar una única y pobre emoción: indiferencia. ¡Muera Mariano José de Larra! ¡Larga vida a la desidia en la redacción!

Todo esto se ha agudizado aún más con el periodismo digital, ciudadano o como se quiera llamar. La reducción de fronteras de cara al lector en muchos aspectos, han hecho que se reduzca o se aliene de igual modo su esencia inicial. Al democratizarse de una manera tan absurda y radical los tiempos de producción periodística, lo único que se está consiguiendo es que en el mercado de la prensa no haya más que fotocopias de noticias. Todos los periodistas que se entienden como profesionales, siguen unos esquemas compositivos para así seguir el ritmo de demanda de un usuario malacostumbrado al “aquí y ahora”.

El X Congreso Nacional de Periodismo Digital celebrado en Huesca los pasados días 12 y 13 de marzo, viene a intentar reflexionar sobre este hecho. Verdaderamente aún existen profesionales que creen en una salvación del periodismo en internet, como Jorge Alcalde o Ramón Salaverría. Otros, como Jaime Armengol, director de El Periódico de Aragón, vuelven a incurrir en el error de relacionar periodismo y empresa. Debemos seguir las ponencias que relacionan al periodismo y la literatura, como defiende Antón Castro, José Andrés Rojo o Miguel Ángel Muñoz.


En este sentido, me gustaría mucho destacar a Manuel Rivas, como defensor de la idea del periodismo tradicional, que no conservador. Por supuesto, no pretendo para nada rechazar las nuevas tecnologías en este hecho (y para muestra, este blog, de temática literaria), sino que intento rescatar todo el periodismo de la masificación a la que se ha visto sometido en pos de convertirlo en un producto enlatado para el consumo rápido.

La solución se encuentra en encontrar tiempo para reflexionar profundamente, como lo hicieron los antiguos periodistas, reivindicar a Fígaro como una Ítaca a la que regresar. Que el periodismo se vuelva a fijar en esas voces pequeñas, y qué mejor para ello que el periodismo digital. Al tener una mayor capacidad de instantaneidad, se puede llegar a servir a aquellos que más lo necesiten, y no a las lobbies y grupos de presión de siempre. Como este es un blog de literatura, recomiendo un libro: A cuerpo abierto, una recopilación de artículos de Rivas. Para recuperar el periodismo que una vez murió de un pistoletazo en la sien, para demostrar a esa España cruel que mató a tantos poetas que el periodismo, la literatura, el arte en general, no entiende de naciones.


jueves, 12 de marzo de 2009

CAPÍTULO IV: AULLIDO, LA GENERACIÓN BEAT

15 AÑOS DE LA MUERTE DE UN SPUTNIK SOCIAL

"Ese es el problema con la bebida, pensé, mientras me servia un trago. Si ocurre algo malo, bebes para olvidarlo; si ocurre algo bueno, bebes para celebrarlo; y si no pasa nada, bebes para que pase algo."
Te imaginas a un hombre barbudo, de mirada profunda, de sonrisa astuta, de comentarios intrincados, de ideología incalificable. Piensas que es el peor ser humano de la Tierra, que deberían encerrarlo y tirar la llave, olvidarse de su celda y que pasen los años y la humanidad crezca sin su existencia. Pero es imposible: Henry Chinaski es la humanidad misma, es la sombra proyectada de la luz, la penumbra inseparable a la bondad, el amor, la honestidad y todas esa lista de valores morales que los seres humanos hemos creado para seguir pensando en un antropocentrismo en el universo. Henri Chinaski viene a metamorfosear el concepto de antihéroe, de pícaro en la literatura. Henri Chinaski viene a completar de la manera más genuina posible la personalidad y vida de su creador, de su mínimum ego: Charles Bukowski.



Bukowski es heredero de la misma época de la generación a la que a regañadeintes pertenece. Nunca le gustó enmarcarse en ninguna corriente. Supongo que por esa necesidad de rebeldía y de soledad de la que habla en el vídeo (por esa necesidad de "echar whisky a ese pájaro azul que habita su interior”). Pero lo cierto es que los críticos, debido a su estilo y actitud similar, le engloban dentro de la Generación Beat. De encerrarlo en un grupo, qué mejor que la generación de Ginsberg para ello. Aún así, personalmente veo que muchas de sus características como escritor, superan en mucho a las de los Beat.

“Un intelectual es el que dice una cosa simple de un modo complicado; Un artista es el que dice una cosa complicada de un modo simple.”

Lo principal de sus obras es la ciudad, que toma mucha más importancia que los elementos anexos a ella, como la soledad, la colectivización o, primordialmente, las drogas. La droga inspiradora de Bukowski y de su alter ego Chinaski, fue el alcohol. Quizá una sustancia muy clásica ya en los escritores tradicionales, es por ese motivo precisamente por lo que Bukowski puede separarse de los Beat. Escritor de más de cincuenta libros, cultivó la prosa y la poesía siempre desde el llamado “Realismo Sucio”, muy seguramente debido a su alcoholismo dogmático. Y es que su relación con el mundo se puede apreciar en obras suyas como Factótum, Escritos de un viejo indecente (Notes of a dirty old man) o El capitán salió a comer y los marineros tomaron el barco. Su postura es siempre desencantada y aparentemente pesimista, nunca conformista. Sólo cuando por sus venas comenzó a correr sangre blanca, tuvo que postrarse y descansar, hizo el pasado 9 de marzo 15 años.

"El hombre ha nacido para morir.¿Qué quiere decir eso? Perder el tiempo y esperar. Esperar el colectivo. Esperar que canten los ratones.Esperar que a las serpientes le crezcan alas. Perder el tiempo."

Pero más que beat, Bukowski recibió sus influencias directamente, pero las usó como a él le conveía, creando un estilo propio. Usó todas las habilidades de la generación para sublevarse contra la sociedad cinematográfica para la que trabajó en diversas ocasiones. Con obras como Hollywood o Pulp, lanzaba una salva de irrespetuosas acusaciones realistas contra la industria que se estaba creando en el distrito de Los ángeles. Estuvo siempre fuera de los movimientos hippie o y hipster, es decir, de la subcultura contemporánea. Pero bebió de ellos para darle un enfoque personal. Consiguió ser una leyenda en vida, y una leyenda muerto. 15 años después de su desaparición, le recordamos como un espíritu de una generación, rota moralmente por las drogas, pero con una ideología muy clara para una época gobernada por las multinacionales.

"Cuando los hombre controlen los gobiernos, los hombres no necesitarán gobiernos. Hasta entonces estamos jodidos."