Blog sobre libros cuya temática son
las drogas y la subcultura que se crea a partir de ellas.

martes, 17 de febrero de 2009

CAPÍTULO I: TRAINSPOTTING, la novela

LA JERINGA CARGADA DE REALIDAD

¿Qué se necesita para ser un buen escritor? ¿Cuál es la esencia de la escritura? Lo más seguro es que, todas estas preguntas y otras muchas más, el autor de la obra de esta semana, Trainspotting , no se las haya hecho nunca en su vida ni se las proponga a la hora de enfrentarse al folio en blanco. Y es que Irvine Welsh aúna en esta, su primera novela, elementos estructurales que conforman lo que ya se puede llamar como literatura de polémica, conocida más extendidamente como literatura punk. Son muchas las novedades que nos ofrecía la novela, allá por el año 1993. La primera y más apremiante, es el testimonio hiperreal sobre consumo de drogas, sin licencias ni compromiso para su condena. Los personajes pasan ante nuestros ojos con total frescura, y no nos preguntamos sobre su ética o su conducta. El relato es tan visual y pictórico, tan dinámico, que no nos da tiempo a reflexionar que lo que estamos leyendo es el testimonio de unos macarrillas de barrio que acabarán muertos por sobredosis en alguna esquina o por el sida. De hecho, la novedad de la novela y su punto más fuerte es el rechazo al pudor por mostrar los aspectos de la vida más escatológicos y vergonzantes. Y lo hace con un vocabulario desnudo y puro, libre de cualquier tecnicismo o cultismo, y lleno de vulgarismos y palabras coloquiales y malsonates sacadas de la calle. Usa el lenguaje cotidiano, para acercarse más al realismo y a ese ritmo trepidante tan característico de la obra.

"La sociedad inventa una lógica falsa y retorcida para absorber y canalizar el comportamiento de la gente cuyo comportamiento está fuera de los cánones mayoritarios. Supongamos que conoces todos los pros y los contras, sabes que vas a tener una vida corta, estás en posesión de tus facultades, etcétera, etcétera, pero sigues queriendo utilizar el caballo. No te dejarán hacerlo. No te dejarán hacerlo, porque lo verían como una señal de su propio fracaso. El hecho de que simplemente elijas rechazar lo que tienen para ofrecerte. Elígenos a nosotros. Elige la vida. Elige pagar hipotecas; elige lavadoras; elige coches; elige sentarte en un sofá a ver concursos que embotan la mente y aplastan el espíritu, atiborrándote la boca de puta comida basura. Elige pudrirte en vida, meándote y cagándote en una residencia, convertido en una puta vergüenza total para los niñatos egoístas y hechos polvo que has traído al mundo. Elige la vida.

Pues bien, yo elijo no elegir la vida. Si los muy cabrones no pueden soportarlo, ése es su puto problema."

Que el lenguaje, en apariencias, esté poco cuidado, será el aparato estructurador de la novela. Se alternarán capítulos en los que los personajes principales tomarán el control absoluto (su punto de vista total y completo) sobre una cierta situación. Como el narrador puede expresarse libremente, dotará a cada personaje de un habla característico, presente en la corriente de conciencia, en soliloquios y en diálogos mediadores entre ellos, de tal manera que, si abrimos una página del libro al azar, sabremos quién está hablando en cada momento. De todas formas, tomarse tanta libertad en el lenguaje, conlleva varios problemas, como el de la traducción a otros idiomas, ya que muchas expresiones no se encuentran, por ejemplo, en el castellano, y se pierde parte de la riqueza en el proceso de traducción.

"Si querían bronca yo estaba por la labor. Si los cabrones hubiesen dado un paso al frente, ningún problema y tal. Quiero decir, tú ya me conoces, no soy la clase de cabrón que va buscando problemas y tal; pero yo era el cabrón que tenía el puto taco de billar en la mano y el capullo con granos podía llevarse la parte más ancha en la jeta si eso es lo que quería y tal. Evidentemente, llevaba el jodido baldeo y eso. Ya lo creo. Como decía, no voy buscando problemas, pero si algún capullo quiere empezar a ponerse chulo, estoy por la labor. De manera que el tipejo de las gafas está poniendo la puta pasta y preparando las bolas y eso, ¿sabes? El capullo con granos simplemente se sienta y no dice ni mu. Me quedé mirando al tío duro, o al menos era un tío duro en el colegio, sabes. El cabrón no dijo una puta palabra. Mantuvo cerrado el jodido pico, ya lo creo; cabrón."

Al dividir los capítulos tan definidamente entre los personajes, la novela se vuelve un tanto fragmentaria. En esta primera aproximación, se puede ver precisamente a través de esos capítulos tan separados y diferentes unos de otros, que Welsh es un virtuoso del relato corto y del mictrorrelato, como atestiguan obras como Acid House. De esta manera, Trainspotting se vuelve un poco caótica y sin sentido en buena parte de sus pasajes, con personajes que hacen una aparición para no volver a oírse hablar de ellos, o con situaciones totalmente pasadas de rosca. La lectura de la novela es difícil por este motivo, ya que el despliegue de personajes es complejo y demasiado amplio. Aún así, tampoco se le puede pedir demasiado, ya que se trata de su primera novela, con elementos que pulirá en siguientes obras maestras como Porno o el excepcional guión, elaborado junto con John Hodge, de la película homónima.


SINOPSIS

El hilo argumental no es especialmente intrincado y no es lo más destacable de la obra. Cabe decir que quizá es en donde más errores incurra el autor, debido a su falta de experiencia a la hora de marcar el relato central. A grandes rasgos, se trata de la vida de un grupo de amigos enganchados a la heroína, y sus reflexiones e intimidades. Renton, Sick Boy, Spud, Tommy, Segundo Premio, Begbie son, entre otros muchos, los personajes que conforman este abanico tan rico que pretende reflejar la Escocia que no aparece en las guías turísticas; la Escocia de la heroína y de las enfermedades venéreas, de la escatología y de la inmoralidad.


PERSONAJES

Los principales protagonistas del libro (aunque ya hayamos dicho que en cada capítulo, si no el argumento no está tratado por un narrador omnisciente) son indiscutiblemente Mark Renton y Sick Boy. Se nota cómo el autor le encanta meterse en la carne de estos dos poco convencionales jóvenes de Edimburgo. Sobre todo en el caso de Mark, Welsh conoce cada rincón de su personalidad. En Sick Boy encontramos un caso diferente, ya que debido a su carácter taciturno, desencantado y cínico, en Trainspotting no lo toca demasiado, porque se necesita una logística literaria muy avanzada para desempeñar el papel de tal personaje. De todas formas, en Porno, la secuela, diez años después de los sucesos de Trainspotting, el personaje indiscutible será Sick Boy, porque Welsh habrá evolucionado como narrador excepcional y cardinal de la subcultura.

Apoyando a estos dos, encontramos a otros como Spud, Begbie o Diane, que dotan de riqueza y complejidad al relato, añadiendo nuevas perspectivas de los hechos y del tema de las drogas. Aún así, como hemos avanzado, será en Porno donde los personajes se madurarán mucho más magistralmente.


CONCLUSIÓN

La novela es primordial en literatura de drogas. Su tratamiento fue un hito hasta la fecha, pues nunca se había tocado el tema de forma tan desnuda y real. Debemos agradecerle a la novela que se utilizase de forma tan magistral el monólogo interior para conocer de una forma más efectiva a los personajes, pero quizá esto ocasione que la obra sea un tanto desconcertante en ocasiones. El principal hecho que le debemos agradecer a la película es la adaptción de tan magistral película, de la que hablaremos de la segunda parte de esta entrada. Concluir que Trainspotting adelanta elementos de la narratalogía muy avanzados, que se perfeccionarán en la secuela, Porno, novela que consagrará a su autor como pilar indiscutible de la subcultura.

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